Tramo Once

Es el Balcon des del que me asomo para dar fe de mis memorias cofrades

lunes, 27 de febrero de 2012

El Señor de san Nicolás

Siempre me resultó impactante la mirada perdida de este Nazareno de la Salud, que parece contemplar el vacío, y es ahí donde se nos clava. Señor de San Nicolás, que tiene tras de sí una historia larga y profunda, de devociones reconvertidas. Fue en otros tiempos el Nazareno de la extinguida cofradía de la Antigua y Siete Dolores. Contaban los cronistas que esta hermandad, arraigada en la collación de la Magdalena, fue una de las más ricas de Sevilla. ¿Cómo pasó de la pujanza material a la extinción espiritual? Es asunto para reflexionar. Fue como un coletazo de la decadencia del Antiguo Régimen, a la sevillana. Se perdió una cofradía de la alta sociedad de la época, mientras sobrevivieron otras de gremios o barrios populares, cada una con sus vicisitudes.


Esta imagen del Nazareno de la antigua cofradía extinguida, pasado el tiempo, fue trasladada en 1880 a San Nicolás. Allí empezó a recibir culto como Jesús de la Salud, en recuerdo del titular de la cofradía de los Gitanos, que se había ido a San Román. Los feligreses de San Nicolás, ante esa ausencia que sintieron, solicitaron otra imagen de un Nazareno que les permitiera mantener el fervor de tantos devotos. Y allí estuvo, como imagen sin cofradía, pero como centro de devociones, hasta que en 1921 se fundó La Candelaria. Es conocida la historia de la hija de José Ruiz Escamilla, Pepe el Planeta, cuya milagrosa curación fue atribuida al Señor, aunque está acreditado que sucedió después de fundarse la cofradía. La leyenda forma parte de esa historia.
Hoy , cuando presida el Vía Crucis, veremos de cerca a una de las imágenes más a infravaloradas de la Semana Santa de Sevilla. Me refiero a que algunos la ven por debajo de su valor artístico real, que es grande, como corresponde a una obra atribuida a Francisco de Ocampo. Que sea diferente de lo habitual, por ser de talla completa, no la desvirtúa. Que sea de tamaño académico, algo inferior al de las tallas de vestir, no la minimiza en nada. Las imágenes sagradas nunca se han valorado por sus medidas.

Por el contrario, la devoción que ha despertado a lo largo de los siglos este Señor de San Nicolás es inconmensurable. Se extinguió su antigua cofradía, pero los tiempos le llevaron a otra, que aún no ha cumplido el siglo. Los caminos de aquel Nazareno se quedaron en San Nicolás para que desde allí nos diera salud con su mirada de amor.

lunes, 6 de febrero de 2012

Paseando por Francos

Era una mañana fría y luminosa , de esas que pare final de enero en las calles húmedas del centro ,donde los escaparates no tienen ojos para verlos y de tras de los cristales , el deseo lo marchita el frío . Era una de esas mañanas en las que sueñas con brotes blancos en los naranjos y niñas estrenando primaveras en sus labios , con Sevilla en la calle a la búsqueda de sus crucificados y esquinas donde verlos . Era una mañana de enero tardía , húmeda y solitaria , sin clientela que la pisara y trasminando, des de los sótanos arqueológicos de sus remotas edades , los fríos de Roma y Damasco.Calle Francos . Con brochazos de soles en las esquinas mas congeladas.


Uno estaba repasando en la memoria el verso de Murube sobre el jardín final . Aquel que te entrego la sabiduría en el nombre del padre "Esta fuerza secreta de las savias / crece en la soledad de su belleza / hija del viento y novia de las aguas". Por que esa estrofa era el triunfo del sol y de la savia frente a la congelación glacial del invierno.Era esa estrofa el tiempo presentido , el tiempo deseado , el tiempo invocado por Sevilla una vez Jijona deja de meter turrón en tu casa y el Belén se envuelve , como envueltas están las sandalias del nazareno , en papeles de periódicos . Sevilla lee poco. Pero sabe que las formas y símbolos de nuestro calendario sentimental y festivo , deben envolverse en terciopelo tosco y negro de un papel de periódico. En eso estaba por Francos , repasando en la memoria el verso de Murube que,de alguna forma, te transportaba al año nuevo sevillano ,al día uno de nuestro calendario, al Domingo de Ramos.


Y por momentos , quizás el segundo fugaz que demuestra la emoción , Francos la vi repleta de fuerza de la savia que recorre el jardín de la primavera sevillana . La flores de los palios, los claveles de San Benito , la rosa delicada de Santa Marta , una chicota con frase anónima que decía "Ni pintores ni alfareros, Costaleros Macarenos", la bulla apretada contra sus muros para dejar pasar , por favor dejen paso , el sobrio y sobre natural Cristo del Amor . Era una maña de finales de enero . Pero rememorando el verso de Murube su alquimia poética te anticipo nuestro mejor tiempo , el tiempo de Sevilla.


Aquella calle Francos leña de humedades , sola y perdida , arañada por soles conquistadores de sombras insanas , con sus tiendas pregonando solanas de manzanilla en los escaparates de trajes de gitanas o cordones para túnicas y escudos de hermandades , provocaban reuma en el alma y dolores de huesos en el viejo esqueleto de la ciudad . Pero de algún cito, quizás de una obra escondida , tal vez de un tipo que me precediera veinte metros en la calle , empezó a sonar un silbido queme proboco la primera palma rizada del año . "Amarguras".

Aquella mañana fría y tardía de finales de enero, cuando la ansiedad nos hace mirar el calendario y contar los días que faltan para nuestro año nuevo, un tipo comenso a silbar "Amarguras" en aquella calle Francos fría y glacial . Fue entonces cuando el verso que rememoraba de Murube le dio sentido a un instante fugaz de un paseo mañanero.Murube y Font de Anta en una conjunción en el corazón del caminante . Ya era primavera. El tipo seguía silbando ... Y os juro que se me quito el frío , se me acelero el pulso y pensé . Ya queda muchísimo menos...